Como ya escribí el día que inicié este blog, son muchas las páginas,
que podemos encontrar en la red, hablando del Camino de Santiago. Información,
consejos, opiniones, imágenes, compras… Todo, para invitar a otros, a embarcarse en una ruta, que ha cautivado a miles de peregrinos desde sus
inicios.
Pocos han sido los días que he
podido disfrutar de ese Camino en mi sueño. Un Camino, que pretendía llegar a
la tumba del Apóstol, en treinta y un días, y que ha tenido que conformarse con
seis, para recorrer las primeras etapas : desde Roncesvalles a Logroño. Y esa,
es la primera sorpresa que me ha deparado la ruta Jacobea. Tú planeas, pero Otro decide…
Expresaba en un post anterior, la motivación
de mi peregrinaje: La búsqueda de una reconversión espiritual, motivación que
he visto, acompañaba a la mayoría de
peregrinos que he encontrado en estas jornadas. Unos con la claridad del
reconocimiento de un Dios que les ama y les muestra su voluntad, otros con un
vacío, que les empuja a intentar encontrar a ese Dios, que han visto en los
demás, otros con la necesidad de reencontrar tantas cosas perdidas, tanta
insatisfacción en lo material de esta sociedad…
Me comentaba un peregrino
experto: “yo he recomendado el camino a gente que ya buscaba al psiquiatra , y
me lo han agradecido”. Es verdad también, que algunos no buscan nada, simples
retos físicos , que les saque de su rutina, y donde la vanidad del éxito
obtenido, ante las dificultades de la ruta , alimentan su ego triunfalista. Sea
como sea, estoy convencido que a unos y a otros el camino no les deja
indiferente.
Sé que me toca llegar a la tumba
del Apóstol, a través del Camino, de forma más pausada y tal vez a lo largo de muchos
años (aunque ya la he visitado anteriormente). Pero quiero dejar constancia, de
mi experiencia personal, en este blog. Y hago hincapié en lo de “experiencia
personal”.
Cuando mi esposa estaba embarazada
de nuestro primer hijo, creo que devoré todos los libros que por entonces se publicaban,
sobre “ser padres”, hasta me compré una de esas colecciones enciclopédicas, que
antes se vendían a domicilio. Nunca llegué a utilizarla. Y todos los libros
leídos sobre el tema, quedaron prontamente colocados en mi librería, para no
ser abiertos en muchísimo tiempo. Y es que no hay nada, como la experiencia
personal, ante cualquier acontecimiento que la vida nos ofrece. Los consejos,
nos ayudarán, lo que otros han vivido, nos guiará, pero la vivencia, las
emociones, los sentimientos, eso nadie podrá enseñárnoslo. Por eso hablo de mi “vivencia
personal en el Camino” . Lo que yo he sentido en los pasos dados.
Lo primero que me viene a la
mente, y que dije a mi familia nada más llegar, fue: “No me lo esperaba así”.
Por mucho que leí, por mucho que me hablaron los que antes que yo , atravesaron
el camino, por mucho que lo imaginé, no logré hacerme una idea real de lo que
me he encontrado.
Como voy a ir escribiendo sobre
distintos aspectos del Camino, me centro hoy en lo físico. Y comenzaré hablando,
de uno de los consejos que me dieron, y que encerraba toda razón. Agosto, no es
el mejor mes para emprender esta empresa. El calor, añade un plus importante de
dificultad, en este reto. Y aún más, si
te pilla una ola de calor, con temperaturas de 41 grados, caminando cargados,
con una mochila de 8 kilos a la espalda, y en etapas donde es difícil encontrarte,
con una sombra donde descansar. Así por ejemplo, el trayecto de Pamplona a Puente
La Reina , con un recorrido de 23,89 km., tuvo una duración de casi nueve
horas caminando. Ya explicaré más detenidamente esta jornada
en un post posterior.
El calor afecta también a los
albergues, donde en el mes de agosto se encuentran abarrotados, no hay aire
acondicionado, ni ventiladores, ni aire fresco que entre por una ventana
abierta. Así, el descanso en ellos, resulta realmente muy difícil. Sin hablar
de las manías, o de alguna que otra grosería de algún “peregrino” poco
civilizado, que desconoce la palabra respeto.
Luego está el camino. Hablas con
los que no lo han hecho ,y se imaginan una senda , donde solo hay que ponerse a
caminar, pero resulta que esa vereda, está llena la mayoría de veces, por
piedras, rocas, chinarros, barro, empinadas y bajadas que te hacen entender a la perfección, el término “rompe
piernas”, que suelen utilizar los ciclistas.
El Camino es duro, al menos lo ha
sido para mí, he tenido momentos de mucha dificultad para llegar a la meta de
la jornada. La sed insaciable, el dolor de pies , rodillas, piernas, hombros y
cervicales, hacían muy largo el
recorrido y el desaliento enseguida se apoderaba de mí. Pero según los
expertos, eso es lo que toca en los primeros días de camino. Y con su consejo me quedaba para proseguir.
El amigo encontrado de mi
infancia, y gran experto en el Camino, me habló de las tres etapas en las que
él, divide el Camino, para quien lo hace en treinta días : “ Los diez primeros,
son los de la adaptación del cuerpo , los diez siguientes, son los de la
interiorización, donde uno se topa con sí mismo, y las inevitables preguntas
que surgen, en ese encuentro, y los
últimos diez , son los de los valores humanos y espirituales, que uno ha
descubierto” Me encantó esa división de etapas. Hoy lo dejo aquí.
Creo que es una partición del tiempo en etapas fundamental, en la vida del espíritu paso lo mismo. Al principio uno debe de apadaptar hasta su cuerpo, luego el enfrentarse con unos msmo y por último los transcendentales de nuestro vivir.
ResponderEliminarMagnífico Angel.
Sigue compartiendo.
Un saludo en Cristo
¡Esa es la grandeza del Camino, lo que puede aplicarse a nuestra vida! Gracias. Un abrazo
EliminarMe encantó lo que escribiste.
ResponderEliminarPareciera ser que son las fases de la vida del ser humano.
Gracias Ángel.
DTB!!
Entiendo mejor como pudo escribirse la Biblia. Basta saber mirar las cosas .Gracias por tus palabras. Un beso
ResponderEliminarMuy interesante todo lo que nos has contado sobre el camino, gracias Angelo, seguiré pendiente de tu cuaderno de viaje, un abrazo.
ResponderEliminarTomo buena nota, debió ser durísimo. ¿Y lo de plantar una tienda en cualquier parte bajo un árbol por què no lo usaste?.
ResponderEliminarEs que eso de la convivencia ... tú al igual que yo hemos hecho la mili, y sabes que eso de dormir en un nave con 150 tíos, cada uno hijo de su padre y de su madre, con solo 5 baños...etc etc etc. Más de una vez no se llegaba a las manos de milagro.
Me gustaría que siguieras detallando más todo eso.
Un abrazo!
Cuanta razón tienes con lo de experiencia personal, no hay otra manera de vivenciar las cosas. Imagino que el factor clima también es muy importante, no es lo mismo caminar bajo un sol abrasador, con una suave brisa. Lo importante es que lo intentaste, diste ese primer paso, y pudiste sentir lo que es iniciar el Camino, ya vendrán nuevas oportunidades que te tomarán con más experiencia!
ResponderEliminarUn abrazo,
Angelo,cuantos son los peregrinos que pasan por esta tierra mia,y ahora no puedo evitar preguntarles que tal lo llevan,de donde vienen y desearles el mejor de los caminos.
ResponderEliminarTodos coinciden en lo mismo,la dureza y el tremendo esfuerzo,pero una cosa llevan a su favor y es el clima del norte Angelo.
Pero bueno,la experiencia personal que has vivido ya va dejando sus frutos,preciosas las tres etapas.Gracias por compartirlas.
Un cariñoso saludo :)
Precioso post. Puedo imaginar lo que habéis pasado, pero como te decían en otro comentario, lo importante es dar el primer paso y empezar a vivir la experiencia, que seguro que nos aportará a todos nosotros cosas maravillosas.
ResponderEliminarUn besote y a seguir compartiendo con tus amigos tus 118 kilómetros que estoy segura de que darán mucho de sí. Gracias amigo.