Pues llegado a este punto, voy a ir trasladando de mi blog de
notas, a mi blog virtual ,el diario, de lo que hemos vivido en nuestro primer
encuentro con el Camino de Santiago.
7 agosto 2012
La noche anterior necesitamos la ayuda de un somnífero, para
poder dormir. Nuestros nervios estaban a flor de piel. Toda la tarde nos la
pasamos revisando el material y deleitándonos en las imágenes que por internet
encontrábamos sobre el Camino.
A las 6,30 h. nos levantamos, llenos de ilusión por la
aventura que nos espera. Salimos de casa a las 7.15 h. Un tren de cercanías nos
lleva hasta la estación de Barcelona Sants. Cualquiera que lleva una mochila
de nuestro tamaño, es fichado por nosotros, como peregrino hacia Santiago, y
posible compañero en la ruta, así que nos lo pasamos muy bien, creando encuentros
y conversaciones ficticias. Algunos resultaron ser verdaderos peregrinos, que
fuimos encontrando en nuestras etapas.
A las 9,30h. el tren se pone en marcha. Alicia y yo hacemos
una pequeña oración e invocamos la asistencia de los ángeles custodios. Destino:
¡Pamplona!
Alicia me comenta que ha dormido poquísimo, así que
aprovecha las cuatro horas que nos quedan por delante, para dormirse. Tiene frío,
a causa del aire acondicionado. El polar se encuentra en su mochila, pero mejor
no molestar al resto de pasajeros, intentando encontrarlo. Atina con una
solución. Mete los brazos dentro de la camiseta. Ahora sí; logra dormirse. Lo
hace en posturas que a mí , me resultarían imposibles. Me gusta tanto la
escena, que le saco algunas fotografías.
Nos sorprenden los mensajes de aliento, que a los dos, nos
llegan a través de los móviles. No puedo aguantar la emoción. ¡Menudos amigos
tenemos, vaya detallazo!...
A las 13.40h. llegamos a la estación de Pamplona. Allí nos
espera Elsa. Ella es una lectora de mi blog Siete en Familia (enlace). No la conocía,
aunque alguna vez me envió algunos e-mails para comentar mis
entradas. En cuanto supo que hacía el Camino y llegaba a Pamplona, se ofreció a
llevarnos a Roncesvalles.
Para llegar a Roncesvalles desde Pamplona hay dos opciones.
Coger un taxi , donde tienes la oportunidad de reservarlo on line (taxi San
Fermín) http://www.taxipamplona.com/
, por si quieres compartirlo y que te salga más barato . El precio hasta
Roncesvalles es de 50 euros.
La otra opción es coger el bus. Tambiéns e puede reservar on
line(autocares Artieda) http://www.autocaresartieda.com/?scc=roncesvalles
El inconveniente es que solo tiene dos salidas al día. A las 10 de la mañana y
a las 18 h. El trayecto dura una hora y diez minutos aproximadamente.
Cuesta 6 euros.
Elsa ha sido muy generosa ofreciéndose a llevarnos. Durante el
trayecto, aprovechamos para conocernos un poco mejor. Al llegar a Roncesvalles,
nos hacemos una de las fotos ,que casi todo peregrino ,quiere incluir en su
reportaje: “Santiago de compostela 790 Kms.” La ilusión, la alegría y unos
cuantos nervios, hacen que vivamos un momento mágico.
Nos dirigimos a la colegiata de Roncesvalles, donde se
encuentra el albergue de peregrinos. Allí se adquiere la credencial para el
camino. Nosotros ya la teníamos, porque en el Monasterio de Montserrat (Barcelona),
también la facilitaban, así que un día de excursión, aprovechamos para
conseguirla y obtener nuestro primer sello del Camino.
En el albergue, nos sellan nuestro paso por Roncesvalles. Es el primer encuentro con los peregrinos. Hay cola para la credencial, ello nos sirve para ir comprobando el origen de los caminantes. Oímos hablar en alemán, inglés, francés, polaco y sobre todo italiano, creo que es el grupo más numeroso. Los sentimientos ante tanta riqueza lingüística, me trasladan a mis años en Roma. El día no para de darme emociones.
En el albergue, nos sellan nuestro paso por Roncesvalles. Es el primer encuentro con los peregrinos. Hay cola para la credencial, ello nos sirve para ir comprobando el origen de los caminantes. Oímos hablar en alemán, inglés, francés, polaco y sobre todo italiano, creo que es el grupo más numeroso. Los sentimientos ante tanta riqueza lingüística, me trasladan a mis años en Roma. El día no para de darme emociones.
Una vez con la credencial sellada, nos dirigimos hacia el Hostal La Posada. Un buen
sitio para descansar. Reservamos plaza para la cena con el menú del peregrino y
dormimos una larga siesta, con la intención de visitar Roncesvalles por la
tarde.
Pero esa visita queda para otro día.
Gracias por compartir la aventura. Estoy impaciente por leer el siguiente capítulo. ABRAZOS.
ResponderEliminarEs emocionante Angelo, ésto es para hacer una película o serie de televisión..;) un cordial saludo.
ResponderEliminarMe uno a Arcendo en el agradecimiento y en la impaciencia por saberlo todo. Conociéndote como te conozco, estoy segura que será un testimonio enriquecedor. Besotes
ResponderEliminarYa nos tienes con ansia esperando el segundo capítulo :)
ResponderEliminarGracias y un cariñoso saludo.
Gracias Angelo por tu paciencia al compartir tu día a día en el Camino, eso me permitirá sentirlo más cercano!
ResponderEliminarUn abrazo,
Angelo participar de lo que fueron esos días para vosotros es un privilegio!!!
ResponderEliminarGracias!!!