Ha sido una etapa dura para mí. Me he asustado, ante los
síntomas experimentados. Me tomo una Coca Cola para recibir un poco de azúcar a
ver si me repongo. El personal del hotel, me obliga a descansar y tramitar el
hospedaje más tarde.
No puedo comer, sigo con náuseas y un fuerte dolor de
cabeza, así que decido tomar una ducha y acostarme. Alicia sigue un poco
asustada al verme tan agotado. El silencio reina entre nosotros. Ella tampoco
quiere comer y decide hacer lo mismo que yo.
Tras tres horas de siesta, me siento recuperado. He decidido
aliviar todo lo que pueda ,el calor, así que me pongo a buscar una peluquería y
me pelo al cero. Tenía que haber fotografiado la cara de mi hija; cuando me vio
entrar. Solo decía: “ papaaaaa” entendí que no le gustó nada.
Alicia tiene ganas de salir, con los jóvenes que ha conocido
en el camino, así que le doy permiso para que vaya con ellos. Yo me voy a misa.
Me apetece muchísimo estar ante el Señor, así que aparezco en la iglesia una hora antes. El templo es precioso. También
lleva el nombre del apóstol. Siglo XII.
Empieza el rezo del Rosario y experimento una consolación
espiritual que me hace alabar a Dios por todo. Encomiendo de nuevo a todos los
que me han pedido oraciones.
Al finalizar la misa.
El sacerdote llama a los peregrinos, para impartirles una bendición especial. Salimos unos diez. Reconozco a alguno que ví
en Roncesvalles. Me resulta difícil no controlar las lágrimas. Cada vez que recibo
una bendición, siento que mi interior,
se ilumina.
Vuelvo al hotel, esta vez con ganas de cenar. ¡Me noto
hambriento! No hay nada como descansar y tomar fuerzas en el Señor. Me siento
totalmente renovado, del cansancio de la jornada. No tengo ganas de irme a
dormir y no paro de hablar con Alicia. Esta vez, aprovecho para poner humor a
todos los momentos vividos. Nos reímos de las anécdotas y noto que Alicia, está
de nuevo relajada.
He tenido que llamar a recepción, para que suban a rescatar a mi hija del baño. Se ha quedado encerrada, y no hay manera de abrir la puerta. Se presenta una chica, con un alambre y zas, todo solucionado. No podemos aguantarnos, y tenemos un ataque de risa, que nos acompaña durante mucho rato. Tardamos en dormirnos. Hace calor y el aire acondicionado no funciona. Me pongo nervioso ,y no paro de trastear el aparato. No consigo nada, y como veo que me estoy saliendo de mis casillas, y tampoco dejo dormir a Alicia, decido dejarlo y aguantarme. Mañana nos espera otra etapa y hay que levantarse temprano.
Pero Angelo ¡¡en que hoteles os habeis alojado!! :)
ResponderEliminarSi me quedo yo encerrada...¡¡me da el telele!!jajajaj
Un cariñoso saludo y mi admiración. :)
Da gusto leer este Camino realizado con tanta devoción...
ResponderEliminar¡¡¡Gracias!!!
Menos mal que no terminásteis que sino a saber lo que os hubiera pasado en todo el trayecto.
ResponderEliminarÁngelo te he mandado algún correo personal a tí. ¿Lo has recibido bien?
Angelo, que enriquecedor que es leer tu testimonio, llena de fuerzas y emoción (ya me puse al día).
ResponderEliminarUn abrazo,